Comer menos, sentir más: Las sopas de ayuno son la compañía perfecta para quienes quieren darle un respiro a su cuerpo. Aportan calor, alivian y renuevan tu energía, sin complicaciones. En este artículo te muestro lo versátiles que pueden ser las sopas de ayuno: desde recetas clásicas, pasando por variantes según Buchinger, hasta la cocina de hierbas de hildegarda de bingen. 🌿
🥣 Sopa de ayuno: un acompañante reconfortante durante el tiempo de ayuno
Ayunar no significa simplemente dejar de comer. Es más bien un pequeño descanso para el cuerpo y el alma, un momento para detenerse y encontrar calma. Justo en estas etapas, algo cálido y ligero sienta especialmente bien. Aquí es donde la sopa de ayuno cobra sentido.
Una buena sopa de ayuno es como un abrazo desde dentro. Es ligera pero nutritiva, calienta el estómago y le da al cuerpo todo lo que necesita en este tiempo, sin sobrecargarlo. En lugar de comidas pesadas, aquí encuentras caldos claros de verduras, raíces cocidas suavemente y quizás algunas hierbas que aportan su propio toque curativo 🌿.
Ya sea que hagas una cura de ayuno de varios días, quieras aliviar tu organismo de forma consciente o simplemente darle un descanso a tu cuerpo, las sopas de ayuno son sencillas, versátiles y se integran fácilmente en la rutina diaria. Además, puedes prepararlas con antelación o comprarlas listas para cuando tienes poco tiempo.
En este artículo te invito a descubrir el mundo de las sopas de ayuno: te muestro recetas fáciles, te presento la clásica sopa de Buchinger y exploramos las ideas reconfortantes de hildegarda de bingen. Quizás aquí encuentres justo la sopa que te acompañe en tu próximo periodo de ayuno ✨.
¿Qué es realmente una sopa de ayuno?
Cuando se habla de ayuno, muchos piensan primero en una renuncia estricta: platos vacíos y estómagos que gruñen. Pero el ayuno puede ser muy diferente: suave, reconfortante e incluso placentero. Una sopa de ayuno es un maravilloso punto intermedio. Es fácil de digerir, aporta calor y le da al cuerpo exactamente lo que necesita en este tiempo, ni demasiado, ni demasiado poco.
En su forma más sencilla, una sopa de ayuno se compone de verduras frescas, agua y un poco de tiempo. Zanahorias, apio, puerro, hinojo o chirivías suelen ser la base. Estos ingredientes se cocinan lentamente para que sus aromas y nutrientes se liberen por completo. Se prescinde por completo de nata, mantequilla, caldos animales o polvos preparados, ya que el objetivo del ayuno es aliviar el organismo y evitar cualquier irritación innecesaria.
Lo que hace tan especial a la sopa de ayuno es su versatilidad: puede ser totalmente clara, como un caldo, o un poco más cremosa si se trituran las verduras cocidas. Especias como la cúrcuma, el jengibre o el comino pueden aportar matices suaves, al igual que las hierbas frescas, como el perejil o el apio de monte. Lo importante es que la sopa sea fácil de digerir y no resulte pesada para el estómago.
Muchas personas que ayunan con regularidad describen la sopa de ayuno como un pequeño ritual diario. Es un momento para hacer una pausa, comer conscientemente y sentir lo reconfortante que puede ser la sencillez. Especialmente en los meses fríos, una sopa caliente aporta calidez no solo al cuerpo, sino también al alma 🕯️.
Ya sea como preparación para el ayuno, como una entrada suave o como cena en una semana de desintoxicación, las sopas de ayuno son sencillas, reconfortantes y se pueden adaptar perfectamente a tus propios gustos. Y a veces es precisamente esa sencillez la que más nos toca el corazón.

Cocinar tu propia sopa de ayuno – sencillo y nutritivo
¿Lo mejor de una sopa de ayuno? Necesita muy poco y te devuelve mucho. No necesitas ingredientes exóticos ni pasos complicados. Al contrario: cuanto más simple, mejor. Una sopa de ayuno casera no solo es más fresca y personal que un producto preparado, sino que también te permite sumergirte conscientemente en el proceso de cocinar.
Aquí tienes algunos ingredientes básicos con los que puedes preparar una sopa de ayuno clásica:
🥕 Ingredientes típicos para una sopa de ayuno:
- Verduras de raíz: Zanahorias, apio, chirivías, raíz de perejil: le dan a la sopa profundidad y dulzura
- Vegetales de la familia del puerro: Puerro, cebolla o un pequeño diente de ajo para más aroma
- Hierbas: perejil fresco, levístico o un poco de tomillo; agrégalas al final si lo prefieres
- Especias: cúrcuma, comino, hoja de laurel o jengibre; todo lo que sea ligero y le siente bien al estómago
- Agua o caldo claro de verduras: la base sobre la que se construye todo (lo ideal es hacerlo en casa)
🔥 Así se hace – en pocos pasos:
- Lava bien las verduras y córtalas en trozos grandes (normalmente no hace falta pelarlas, ya que muchos nutrientes están justo bajo la piel)
- Pon todo en una olla grande, cúbrelo con agua y lleva a ebullición lentamente
- Añade las especias y las hierbas, luego deja cocer suavemente durante unos 30–45 minutos
- Cuela al gusto (para un caldo claro) o tritura (si prefieres que sacie un poco más)
- Al terminar, añade un poco de perejil fresco o unas gotas de zumo de limón para realzar el sabor 🍋
Según prefieras una alimentación completamente líquida o quieras algo para masticar de vez en cuando, puedes colar la sopa por completo o comer las verduras cocidas en pequeñas porciones.
Consejo: Prepara directamente una olla grande; así tendrás suficiente para uno o dos días y podrás relajarte. Esto también forma parte del ayuno: menos esfuerzo, más atención plena.
La sopa de ayuno de Hildegarda – Ayuno según la antigua tradición monástica
Cuando se trata de salud integral y alimentación en armonía con la naturaleza, es imposible no pensar en hildegarda de bingen. La benedictina del siglo XII fue una mujer impresionante: mística, sanadora, experta en hierbas, y una de las primeras en considerar el cuerpo, la mente y el alma como una unidad inseparable.
También en el ayuno, hildegard tenía un enfoque muy especial. Para ella, la renuncia no era una obligación, sino un camino hacia la limpieza interior y la claridad mental. Sus sopas de ayuno reflejan exactamente esta actitud: ingredientes sencillos, cuidadosamente seleccionados, pensando en su efecto y no solo en el sabor.
En la cocina de hildegard es típico el uso de espelta como cereal central. En sus sopas de ayuno, puede añadirse en forma de grano triturado o copos para saciar suavemente y dar calor al estómago. A esto se suman verduras seleccionadas como hinojo, zanahorias o apio, todos ingredientes que, según hildegard, son “útiles y saludables”.
Son especialmente características sus recomendaciones de hierbas. Por ejemplo, el galanga, una raíz picante que ayuda a fortalecer la circulación. O el bertram, al que ella consideraba un “remedio universal”. Estas especias no solo aportan sabor a la sopa, sino también una energía especial, si sigues su filosofía 🌿.
Una sopa de ayuno de hildegarda suele tener un sabor más intenso y auténtico; requiere un poco más de atención, pero eso es precisamente lo que la hace tan especial. No es un plato para comer distraídamente, sino un pequeño y silencioso acompañante en el camino hacia tu interior.
Si te interesa hacer una cura de ayuno según hildegarda o simplemente tienes curiosidad por su sabiduría sobre las hierbas, su sopa de ayuno puede ser una excelente forma de empezar: sencilla, natural y profundamente enraizada en una tradición centenaria.

Sopa de ayuno en la vida diaria – ¿comprar lista o prepararla tú mismo?
No siempre se tiene tiempo o ganas de cocinar una sopa fresca cada día, sobre todo cuando la rutina está llena o el ayuno coincide con una semana de trabajo. Por suerte, hoy en día existen sopas de ayuno ya preparadas que pueden ser una alternativa práctica. Pero, ¿realmente valen la pena?
La respuesta es: depende. Las sopas preparadas pueden ser útiles, especialmente si la lista de ingredientes es corta y comprensible. Fíjate en que sean ecológicas, sin aditivos y con la menor cantidad de sal posible. Los buenos productos se reconocen porque saben casi como hechos en casa, solo que vienen en botella o frasco.
Algunas marcas conocidas que ofrecen sopas de ayuno son, por ejemplo, dm, Rossmann o pequeñas manufacturas como Little Lunch. Son especialmente populares los caldos claros de verduras o sopas a base de espelta, a veces incluso inspiradas en hildegarda de bingen.
Si quieres estar completamente seguro, sigue valiendo la pena prepararla tú mismo. Es más económico, sabes exactamente qué contiene y, con suerte, cocinar la sopa se convierte en tu pequeño ritual de ayuno.
Aquí tienes una pequeña comparación de ambas opciones:
🫕 Prepararla tú mismo
- fresca, personalizada y económica
- tú eliges el sabor y los ingredientes
- requiere algo de tiempo y organización
🥣 Comprar lista
- ideal para llevar o en días ajetreados
- lista para tomar en cualquier momento
- la calidad varía, así que conviene mirar bien
Ya sea que elijas prepararla tú mismo o comprarla lista: es tu camino, tu tiempo de ayuno. Lo importante es que te sientas bien y que la sopa te haga bien. A veces, lo sencillo es suficiente. Y a veces, eso es justamente lo que más reconforta.
Conclusión: Menos es más – cómo la sopa de ayuno fortalece cuerpo y mente
La sopa de ayuno es mucho más que una comida sencilla. Es un símbolo de claridad, reducción y atención plena; un pequeño ancla en tiempos en los que solemos querer demasiado, vivir demasiado rápido y detenernos muy poco.
Ya sea como inicio de una cura de ayuno, como una pausa consciente entre actividades o como un ritual diario en una etapa de cambio, una sopa clara y preparada con cariño puede recordarnos que, muchas veces, no necesitamos mucho para sentirnos bien.
A veces basta una cucharada de calor, un momento de calma, un plato lleno de sencillez.
Las sopas de ayuno unen el saber antiguo con las necesidades actuales. Le dan al cuerpo espacio para autorregularse y ayudan a la mente a encontrar tranquilidad. No importa si eliges una receta clásica de Buchinger, pruebas la cocina de hierbas de hildegard o creas tu propia sopa a tu manera: no se trata de perfección. Se trata de sentir, de reducir, de volver a lo esencial 🌿.
Quizás tu próxima sopa sea el primer paso hacia una mayor ligereza, tanto en el cuerpo como en la vida.