La alimentación como clave para la salud
Ya en el siglo XII, hildegarda de bingen reconoció la estrecha relación entre la alimentación y la salud. Para ella, los alimentos eran mucho más que simples fuentes de energía: eran remedios, alimento para el alma y parte de un equilibrio natural más amplio. Su convicción era clara: quien come de forma consciente, vive más sano, tanto en cuerpo como en espíritu.
La visión holística de Hildegarda sobre los alimentos
En el centro de su enseñanza está una visión integral del ser humano. La salud surge cuando cuerpo, mente y alma están en armonía, y precisamente aquí es donde la alimentación juega un papel fundamental. Hildegarda clasificaba los alimentos no solo por su sabor o efecto, sino según si “benefician” o “perjudican” a la persona. En sus valoraciones combinaba tanto observaciones como intuiciones espirituales.
Los tres alimentos dorados básicos
Tres alimentos ocupan un lugar especial para hildegard. Son la base de una alimentación saludable:
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Espelta: Este cereal, muy valorado por ella, es especialmente digestivo y fortalecedor. Según hildegard, favorece la “buena formación de jugos” y es muy versátil en la cocina.
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Castañas (castañas dulces): Las describía como cálidas y fáciles de digerir, ideales para quienes tienen el estómago delicado.
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Hinojo: No solo como verdura, sino también como infusión o especia, tenía un lugar fijo para ella: calmante y equilibrante.
Estos tres alimentos reflejan su principio: sencillos, naturales y beneficiosos.
Alimentos recomendados y menos recomendados según Hildegarda
Hildegard no elaboró dietas rígidas, sino que diferenciaba con detalle: algunos alimentos son útiles, otros conviene consumirlos solo de vez en cuando o evitarlos por completo.
Alimentos recomendados:
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Espelta, hinojo, castañas
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Manzanas, peras, membrillos
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Almendras, castañas nobles
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ciertas especias como galanga, bertram, tomillo silvestre
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pescado ligero y aves
Alimentos menos recomendados:
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Trigo (se considera que produce mucosidad)
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Carne de cerdo
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cebollas crudas y puerros (se describen como irritantes)
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demasiados alimentos crudos o platos fríos
Para ella, lo importante siempre fue la medida: ningún alimento está realmente “prohibido”, pero su efecto debe adaptarse a la constitución de cada persona.
Alimentación según Hildegarda hoy: un regreso en Alemania
En los últimos años, las enseñanzas alimenticias de Hildegarda han vivido un renacimiento silencioso, especialmente en Alemania. Muchas personas buscan caminos alternativos y naturales para sentirse mejor. La alimentación según Hildegarda ofrece aquí una guía: clara, sencilla y, al mismo tiempo, profunda.
Hoy en día, hay muchas personas que siguen sus principios de manera consciente, no como un dogma, sino como parte de un estilo de vida saludable. Incluso en clínicas y centros de ayuno, a veces se integran conceptos de Hildegarda, en combinación con la naturopatía moderna.
Medicina natural en la vida diaria: sanar a través de la comida
Lo que hace especial a Hildegarda es que su “medicina natural” comienza en lo cotidiano. No hacen falta remedios exóticos ni recetas complicadas, sino prestar atención al comer, elegir con conciencia y escuchar el propio bienestar.
Ya sea con una sopa caliente de espelta, una infusión de hinojo o evitando conscientemente alimentos que resultan pesados, pequeños cambios pueden, según Hildegarda, tener un gran efecto. Ella veía la comida como un acto sanador en el que también participa el alma.
Conclusión: atención, medida y la sabiduría de la naturaleza
La visión de Hildegarda sobre los alimentos es sencilla y, al mismo tiempo, profunda. Nos recuerda que la salud no depende solo de análisis de laboratorio o medicamentos, sino que muchas veces comienza en el plato. Su medicina natural confía en la fuerza de los alimentos: suave, eficaz y cercana a la vida cotidiana.
En una época en la que la alimentación suele estar marcada por tendencias y restricciones, su mensaje es como un ancla: volver a la sencillez. Volver a la naturaleza.