Algunas plantas se nos presentan en silencio, pero llevan una gran fuerza en su interior. El Storchschnabel, que hildegarda de bingen recomendaba especialmente para la debilidad del corazón y la tristeza del alma, es una de esas hierbas curativas ocultas. En este artículo vamos a descubrir lo que la gran sabia escribió sobre la llamada “hierba de la gracia de Dios” y cómo todavía hoy puede reconfortar. 🌿
¿Qué es el Storchschnabel?
El Storchschnabel, conocido botánicamente como Geranium pratense aut rob. Wiesenstorchschnabel o también Ruprechtskraut , es una planta silvestre y delicada que suele encontrarse en los bordes de los bosques, en jardines o entre viejos muros. Tiene pequeñas flores carmín y hojas finas en forma de mano, que al frotarlas desprenden un aroma peculiar. Por este olor, muchos la llaman también “Storchschnabel apestoso”. Sin embargo, detrás de esta hierba discreta se esconde una gran planta medicinal con una larga tradición, sobre todo en la medicina monástica.
Hildegarda de Bingen sobre el Storchschnabel
Hildegarda de Bingen no solo fue una abadesa excepcional, sino también una sabia experta en remedios naturales. En sus escritos describe el Storchschnabel como una planta más fría que cálida, capaz de aportar equilibrio. Destaca especialmente su efecto sobre el corazón y el ánimo:
“Quien tenga molestias en el corazón y siempre esté triste, que tome Storchschnabel y un poco menos de otra cosa... y lo machaque. Este polvo debe comerlo a menudo con pan, y su corazón se fortalecerá y se alegrará...”
Para Hildegarda estaba claro: cuando los jugos vitales del cuerpo, es decir, el calor y el frío, no están en equilibrio, también sufre el corazón. El Storchschnabel ayuda a equilibrar estos opuestos internos. Y con la mezcla adecuada de hierbas, aporta consuelo cuando el corazón está pesado.

Storchschnabel y el corazón triste
La tristeza puede arraigarse profundamente en el cuerpo. Algunas personas la sienten como un peso en el pecho, otras como un cansancio constante o como un nudo en la garganta. Hildegarda veía en estos sentimientos no solo causas emocionales, sino también físicas – muchas veces un corazón débil o un desequilibrio en los humores corporales.
Justo en esos momentos, el geranio puede ayudar. Su fuerza refrescante calma sin adormecer. Combinado con hierbas cálidas y el pan como “portador”, fortalece el corazón – no solo en lo físico, sino también en lo emocional. Así, la tristeza se va disipando poco a poco y deja espacio para un poco más de alegría.
Uso del geranio según Hildegarda
Hildegarda recomendaba mezclar el geranio seco y triturado con otras hierbas y espolvorearlo sobre pan. Decía que se debía comer dos o tres veces al día. Esta aplicación es sencilla, pero efectiva – y muy fiel al espíritu de la Medicina de Hildegarda: natural, suave y fácil de integrar en la vida diaria.
También puedes usar la planta en mezclas de té o como tintura, aunque la aplicación original sobre pan estaba pensada especialmente para fortalecer el ánimo.
La “hierba de la gracia de Dios” en la medicina popular
Mucho antes y también después de Hildegarda, el geranio era conocido en la medicina popular. También se le llamaba “hierba de la gracia de Dios”, porque se creía que era un regalo del cielo. Se conocen usos tradicionales para problemas renales, inflamaciones, hemorragias nasales, gota y afecciones de la piel.
La planta contiene taninos, una sustancia amarga desconocida y un poco de aceite esencial – eso explica también su aroma característico. Aunque la medicina convencional moderna apenas le presta atención, sigue siendo parte fundamental de muchos libros de hierbas antiguos.
Por qué hoy necesitamos la sabiduría de las plantas antiguas
En una época en la que todo es rápido, ruidoso y técnico, reconforta volver a lo sencillo. A plantas que no llaman la atención, pero actúan de forma sutil. El geranio es una de esas plantas: discreta, pero llena de fuerza interior.
Quizá hoy sea más importante que nunca redescubrir hierbas como esta – no solo como remedio, sino como compañera en momentos en los que el corazón se siente pesado. Las palabras de Hildegarda nos invitan no solo a tratar, sino a comprender. Y quién sabe – tal vez tu corazón también se sienta un poco más ligero con una pequeña cucharada de geranio sobre pan. 🌿